Spanish – Cleansing the Home
Limpieza del Hogar
Nuestra morada eterna está con Jesús, Príncipe de Paz. En su presencia hay plenitud de gozo. El es nuestra Luz y Vida. Nuestro hogar terrenal debería poseer tales calidades, también. Muchas veces, sin embargo, el hogar puede parecer más como campo de batalla; el hogar refleja y manifiesta lo que sucede en plano espiritual. Por medio de la oración podemos recuperar el terreno, limpiar el ambiente y eliminar la interferencia demoniaca.
Por la limpieza del hogar se puede expulsar la confusión que busca robarte a ti y a tu familia del sueño, armonía relacional, y provocar malos hábitos y ansiedad. La paz y la bendición pueden reinar en tu hogar. Se debe orar por toda la casa cuando se cambia a un nuevo hogar, pero también se puede hacer cuando se siente conflictos o una falta de paz. Limpia el ambiente y restaura el orden divino en tu morada.
Llévate aceite de unción para ungir las puertas y las ventanas, puntos de entrada a lo ajeno, pero también dentro de la casa. Entrando a cada cuarto, pídele a Dios que te muestre lo que pasa en dicho cuarto. El Espíritu Santo te expondrá áreas específicas para orar. Puede ser necesario un arrepentimiento por pecados cometidos en el cuarto. También puede ser que el Señor desee bendecir a la familia o persona que ocupan el cuarto. Pídele al Señor que te muestre cualquier objeto profano o maldecido que deberá quitarse del cuarto, hogar o predio.
A continuación, se presenta una oración sencilla que puedes orar en los cuartos de tu hogar.
Señor Jesús, gracias por darme la autoridad de limpiar y orar en mi dominio. Me has hecho el mayordomo de mi hogar y hoy invito tu presencia a reinar y gobernar en nuestro medio. Te pido que me reveles cualquier área específica que precisa de oración en este cuarto. Me arrepiento del pecado cometido en este cuarto. Decreto que tu sangre lo cubre y restaura el orden divino aquí. Te establezco como el Rey de este lugar. A todo espíritu inmundo le digo que ya no puede reinar en este lugar. Te mando ir para donde el Señor Jesús te mande ahora. Libero a los ángeles para que tomen su lugar en este cuarto y cuiden a todos los que entren aquí. Lleven a cabo las bendiciones que el Señor pretende para los moradores. Decreto que no nos caerá ningún mal, que ninguna plaga se acercará a esta morada, porque habitamos bajo la sombra del Altísimo. Libero al Espíritu de Sabiduría y Revelación para que nos descubra los misterios celestiales cuando estamos reunidos aquí. Alumbra los ojos de nuestro entendimiento y vuelve nuestros corazones a ti.
A continuación, se presenta una oración más general que cubre todo tu hogar y todo tu predio.
Señor Jesús, te regreso todo lo que tú me has dado. Decreto que tú eres el propietario legal de esta morada y declaro que es el asentamiento de justicia, hecho para tu gloria. Declaro el nombre de Jesús y el poder de su sangre sobre este hogar y este predio. En este momento ordeno que todo objeto, embrujo, vejación, hechizo, conjuro, clase de brujería o actividad demoniaca que residan aquí sean anulados e invalidados por la autoridad y el poder de la sangre de Jesús y el nombre de Jesús. Ordeno que cada espíritu demoniaco abandone este predio ahora y que se revoquen los efectos de sus maldiciones, volviéndose contra el mismo. Sello todo punto de entrada, cada puerta y portal con la sangre de Jesús. Gracias Jesús, porque por tu sangre, estamos protegidos de toda proyección astral que trate en entrar a este hogar. Decreto que Jesús es un muro de fuego alrededor de esta morada y constantemente se regocija sobre esta morada. Decreto que las bendiciones de Dios constantemente nos alcanzan y prosperamos. Tu sangre cubre y bendices toda relación, negocio, ministerio, economía y asunto familiar que ocurren bajo este techo. Mando a los ángeles a ponerse en las cuatro esquinas de este predio y que las legiones angelicales nos vigilen y nos guarden conforme a tu Palabra. Gracias que solo tú eres nuestra torre fuerte, Protector, Sanador y Libertador. Nos rendimos a ti y rendimos nuestra morada a ti. ¡Amén!